Título: Del buen salvaje al buen revolucionario
Autor: Carlos Rangel
Editorial: Monte Ávila Editores
Imprenta:
Lugar: Caracas
Año: 1976
Primera edición. Rangel, Carlos. Du noble sauvage au bon révolutionnaire.París: Robert Laffont, 1975
Carlos Rangel, el hombre al que los venezolanos no escucharon, denuncia en su libro “Del buen salvaje al buen revolucionario” la verdades que muchas veces los latinoamericanos evitamos descubrir. Y es que ser la región con “una historia de fracaso” parece no ser algo de lo que sentirse muy orgulloso. En su libro, Rangel evalúa cómo el comportamiento político de Latinoamérica se ha visto fuertemente influenciado por la conquista, entrelazando el orgullo de ser descendientes de los fuertes, aventureros y valientes hombres, el horror de serlo de aquellos violadores, ladrones y estafadores, así como la vergüenza de serlo de las mujeres que fueron violadas, ser descendientes del pueblo que fue saqueado y torturado. Una identidad demasiado difusa como para poder comprender la manera en que debe ejercerse esa libertad. Probablemente la mayor vergüenza y contraste con respecto a esa “historia de fracaso” sea que aunque Latinoamérica, con su historia de conquista haya tenido una evolución tan precaria, mientras que Norteamérica, que también sufrió la conquista haya tenido un auge tan favorable.
El comportamiento de los latinoamericanos se vio tan influenciado por la colonia porque dejaron convivir indígenas, a los hombres por sus trabajos y a las mujeres por su sexo, con los europeos, por lo que los sentimientos de orgullo, deshonra, rencor y gloria fueron floreciendo todos de igual forma, no como pasó en otras regiones donde se asesinó a la mayor parte de los nativos.
“En gran medida, el desarrollo de las ideas que los latinoamericanos nos hemos formado sobre nosotros mismos y sobre el mundo responde por una parte a la aspiración de proclamarnos víctimas de España en la Conquista y la Colonia, y ajenas a todo lo español (…)Ambas pretensiones son extravagantes, y conducen forzosamente a interpretaciones divorciadas de la realidad y a conductas destinadas a la ineficacia, cuando no a la frustración, a la amargura y al fracaso”
pág. 115
La obra destacó ya desde el primer año de su publicación, y aunque fue malentendido por algunos, odiado por otros y amado por solo unos pocos, pero comenzó a figurar como obra verdaderamente importante una vez que comenzaron a cumplirse las “profecías” o bien, cuando las conclusiones a las que llegó en su libro comenzaron a hacerse una realidad, cosas como la dictadura militar, una migración masificada, devastación económica y represión, entonces ya era muy tarde, por lo que su obra no fue verdaderamente valorada hasta después de su muerte, y entonces Carlos Rangel comenzó a ser “el hombre al que los venezolanos no escucharon”. Su importancia recae en el estudio meticuloso de la relación entre la conquista y la forma en la que los latinoamericanos entienden la política y su propia libertad, que es lo que permite concluir lo que él y que se pueden confirmar dando una mirada al mundo socio-político actual.
El prólogo fue escrito por un discípulo de Carlos Rangel, característica que resalta él mismo. La primera edición se publicó en francés por Robert Laffont en 1975, y al año siguiente en español, en Caracas por Monte Ávila Editores